Monday, November 15, 2010

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Después de varias semanas sin escribir, vuelvo con el blog.
En el último post estábamos en Hoi An, de allí volvimos a Ho Chi Minh y Martín pasó finalmente su cumpleaños en Vietnam, inesperado. Desde esa ciudad volamos para Bangkok, Tailandia. La idea era pasar las últimas semanas en el sur de este país, recorriendo islas y haciendo playa; al llegar a Bangkok nos enteramos de que el famoso monzón, que siempre ocurre entre los meses de setiembre y octubre, se había atrasado y que aún continuaba lloviendo por esas zonas. De todas maneras nos fuimos hacia la costa oeste que estaba un poquito mejor deseando que el tiempo mejorara para poder cruzar a las islas del lado este de Tailandia, lamentablemente el monzón no quiere irse y el clima ha hecho que tengamos que cambiar nuestros planes.
Eso nos ha dejado un gusto un poco amargo ya que teníamos la ilusión de poder conocer las tan famosas Phi Phi Islands, Koh Tao e ir a la gran Full Moon Party…mala suerte.
Igual pudimos conocer la hermosa playa de Railay y Koh Lanta, una isla con buena playa y gente muy amable, el tipo de gente que uno se imagina que va a conocer en Tailandia “El país de la sonrisa”, como lo llaman, cosa que en particular he visto muy poco, por el contrario parecen bastante malhumorados y a veces hasta enojados con los turistas, no es algo general pero en comparación con la gente de Camboya y Vietnam, creo que hay una gran diferencia en el trato, acá me pasó de querer y al baño de una estación de servicio junto con otros turistas y de que no nos dejaran pasar solo por no ser tailandeses, raro.
Bueno, dejando de lado eso, sigo con el recorrido. Luego de ver que el clima no mejoraba y descartar las islas del sureste, volvimos para Bangkok y de allí nos tomamos una minivan hasta un pueblo cercano llamado Kanchanaburi.
Este pueblo es famoso por poseer el río Kwai (de aquí sale la película “El Puente sobre el río Kwai”) y las espectaculares cascadas de Erawan, son 7 niveles, cada una de las estaciones son una postal, de las cosas más lindas que hemos visto en Tailandia y los baños en cada una de ellas son perfectos para refrescar el cuerpo ya que la escalada de la montaña es un gran ejercicio. Algo particular de estas piscinas naturales, es que hay muchos peces que te comen la piel muerta de los pies, Martín se acostumbro y dejo sus patas en remojo un buen rato, yo no pude aguantar, es una sensación muy rara.
En el segundo nivel de las cascadas estaba lleno de monos, muy simpáticos pero tenías que tener mucho cuidado con las mochilas porque ellos se piensas que tenes comida y te roban, a una chica le robaron una bolsa con la billetera y otras cosas adentro, en un momento le tiraron el monedero al agua pero no pudo recuperas sus otras pertenencias, todavía debe de estar en la policía denunciando al mono la pobre…jaja.
En este pueblito también dimos un paseo en tren por la vía de la muerte, así la llaman, es una vía super vieja que fue construida por los prisioneros durante la segunda guerra mundial, desde allí se podía apreciar los hermosos paisajes montañosos que posee Kanchanaburi.
Van fotos.